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La mordiscología es la ciencia que estudia los infinitos tipos de mordisco que nos damos los monos y los humanos. De entre todos ellos, los más peligrosos son los mordiscos en el cuello. Aquí van unas pistas para que sepas cuáles son los más frecuentes, y cómo te puedes proteger de ellos... con un eficaz tapacuellos de Kukuxumusu, con una buena carrera o intentando vender un cambio de compañía eléctrica.
Mordisco de hueso
Se da con espíritu calavera, de noche, a oscuras y con mucho ruido alrededor. Es un mordisco directo al cuello, sin previos. No deja rastro ni hace sangre. Lo inventaron en un cementerio, durante una fiesta de zombies.
Mordisco de runner
Este mordisco es rápido, a veces un poco atropellado. Te deja con las ganas de más. Sabe un poco salado porque los runners sudan bastante, sobre todo cuando no llevan un buen tapacuellos.
Mordisco Kaput
Es un mordisco que da un gusto que te mueres. Empieza suave y luego va cogiendo intensidad hasta transformarse en un muerdo de los de película. Si te van las emociones fuertes, tiene que probarlo.
Mordiskiss
Cuando te besan el cuello en plan cariñoso y justo cuando termina te rozan con los dientes. Puede ser el comienzo de una larga historia, o bien acaba en un tortazo. Todo puede ser.
Mordisco a la italiana
Cuidado con esta modalidad de mordisco porque puedes acabar entre rejas. Te juegas el cuello por nada. Pero si no te asustan los peligros, te dará un subidón de adrenalina muy guay.
Mordisco de cabra
Este es el mordisco que más excita a nuestras ovejas, porque les pone como locas. Deja marcas muy claras en el cuello que parecen tatuajes.
Mordisco de nieve
Este mordisco es el preferido del Jeti. Deja en el cuello un veneno muy gustoso con el que vas a flipar unas cuantas horas.
Y si aún te quedan más ganas de mordiscos en el cuello, mira la colección completa de tapacuellos que hemos diseñado para Sport HG.